viernes, 28 de marzo de 2008

LA ISLA

Así comenzará... creo :P

Recuerdo mi llanto en la oscura habitación por un mundo que ya no era el mismo.
Recuerdo que ese día mi madre lloraba desconsolada, que mi padre luchaba en vano. Recuerdo luego el triste silenció que dejó la bala al atravesar una vida.
No mataban a todos, sólo a los varones que anhelaban un mañana construido por hombres concientes. Sólo mataban a los que se atrevían a soñar.
Recuerdo las gotas de lluvia caer sobre el tejado. Y que mi hermana cometió el error de llorar más fuerte de lo que se nos tenía permitido.
Llorar era una muestra de tristeza ante el nuevo mundo. Una lágrima podía costar la muerte.
Ese llanto inocente, incomprendido, inacabado, fue cortado por la voz del sujeto aquel que la levantó de los pelos y la arrastró escaleras abajo.
Por alguna razón que apenas estoy comenzando a entender, nunca revisaron debajo de mi cama. Nunca me encontraron.
Recuerdo que en ese momento supe que mi familia había emprendido el viaje a La Isla.
Yo, Gabriel Salvador, me dije en ese momento que traería de La Isla a todos los que se habían llevado.

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